lunnar...

Planeando sobre nuevas estructuras, buscando un reencuentro con motivos pasados, con estigmas pendientes por olvidar, sin más pretensiones que conquistar tus maravillosos defectos, para vivir luego dentro de tu espacio lunnar...


[...] entonces el cuerpo gira y gira hasta romperse, se desgarra, se quiebra e impulsa intensificando los sabores, expuesto a su máxima expresión éste ha perdido ya todo su valor, ya no tiene las mismas formas y peso, no reacciona igual, no obedece, sólo reconstruye y recrea ante el silencio. Cierras los ojos para ver mejor, para perfeccionar la realidad, para suponer una nueva, porque ya no es tan importante lo que ves sino como lo sientes...



[...] Creemos en un campo expandido donde las emociones yacen en silencio, cerrando los ojos puedo percibirte mejor, me llega mas claro tu olor, es entonces cuando recorres mi espalda buscando el surco que han dejado mis recuerdos. Las ciudades crecen entre los huecos de los dientes, sobre las plumas de tus párpados, bajo la organización de tus deseos. Y sabes que está ahí por el vacío que describen sus palabras, por el vestigio que permanece en la memoria. Si partimos de la intimidad de los hechos podremos describir una linea curva que se encara con las fachadas de tu presencia, es entonces y sólo entonces cuando verdaderamente crece la hierba en tus bolsillos, cuando se expanden las raíces y funciones por tu cuerpo conformándote como persona, como producto de una serie de consecuencias. Grandes estructuras se quiebran en impulsos generando nuevos paisajes, nuevas salidas, diferentes visiones. El espacio común pasa de ser un punto de encuentro a convertirse en un rincón para el olvido, en una mancha plateada en donde el reflejo de todos sus habitantes proyecta sobre el cielo la mirada de una nueva época, de un nuevo intento. Son sólo ciudades perdidas, vencidas, ciudades paralelas, ciudades altivas, espesas, canelas... son sólo registros de la memoria.

2 comentarios:

Amapola Psicovisceral dijo...

ésto es tuyo???
La tristeza, la felicidad y el nihilismo existencial pueden volvernos místicos.
espero, e intuyo, que en tu caso es lo segundo.

besos, corasón míoooo ^^

Lidia Bernal dijo...

joder q profundo Omar....eres un lingo gatito...jjeje